La adolescencia es una etapa de cambios físicos, emocionales y sociales. Aunque es normal que los jóvenes experimenten altibajos en su estado de ánimo, cuando la tristeza y el desinterés persisten, puede tratarse de depresión.
En este artículo, exploraremos las señales de alerta, factores de riesgo y cómo actuar si un adolescente está pasando por este problema.
La depresión en adolescentes es un trastorno del estado de ánimo que afecta cómo piensan, sienten y actúan. No es simplemente "estar triste" o "pasar por una mala racha", sino una condición que puede interferir en su vida escolar, social y familiar.
Los síntomas pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:
A. Cambios emocionales:
- Tristeza persistente, llanto frecuente o irritabilidad extrema.
- Sentimientos de culpa, inutilidad o desesperanza.
- Pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba.
- Aislamiento social y dificultad para expresar sus emociones.
B. Cambios en el comportamiento:
- Bajón en el rendimiento escolar o falta de motivación.
- Cambios en el apetito (comer demasiado o muy poco).
- Problemas de sueño (insomnio o dormir en exceso).
- Conductas autodestructivas, como autolesiones o abuso de sustancias.
C. Pensamientos preocupantes:
- Expresiones como "No le importo a nadie" o "Ojalá no estuviera aquí".
- Ideas suicidas o conductas de riesgo.
Si un adolescente presenta varios de estos síntomas por más de dos semanas, es importante buscar ayuda.
La depresión en adolescentes puede tener múltiples causas:
- Factores biológicos: Cambios hormonales y predisposición genética.
- Factores psicológicos: Baja autoestima, perfeccionismo o pensamientos negativos.
- Factores sociales: Problemas familiares, bullying, presión académica o dificultades en las relaciones.
- Uso excesivo de redes sociales: Comparaciones constantes y exposición a contenido dañino.
A. Escucha sin juzgar:
Muchos adolescentes temen hablar por miedo a ser incomprendidos. Es clave ofrecer un espacio seguro para que expresen lo que sienten.
B. Valida sus emociones
: Evita frases como "es solo una etapa" o "deberías estar agradecido/a". En su lugar, usa respuestas como "Entiendo que te sientas así, ¿quieres hablar?".
C. Establece una rutina saludable
: Fomentar hábitos como el ejercicio, una alimentación equilibrada y descanso adecuado puede mejorar su estado de ánimo.
D. Limita el uso de pantallas:
El exceso de redes sociales puede afectar la autoestima y aumentar la ansiedad.
E. Busca ayuda profesional:
Si los síntomas persisten, un psicólogo o psiquiatra especializado en adolescentes puede ofrecer apoyo y tratamiento adecuado.
La depresión en adolescentes es un problema serio, pero con el apoyo adecuado, puede superarse. La clave es estar atentos, brindar contención emocional y acudir a profesionales cuando sea necesario.
Si sospechas que un adolescente está pasando por un episodio depresivo, no dudes en intervenir. “Hablar puede marcar la diferencia”.
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